En cada cucharada de sopa, antes de introducirla en su boca, el mundo se detiene. Un papel se bambolea mudo en el vacío que separa la mesada del frío piso de cerámica. Si uno detiene la vista, leerá: “I want to learn how to laugh”.
La gota de más rebalsa. Su mirada, inmóvil y penetrante, en el verde caldo que refleja su pupila y esta a la sopa. Una mosca, cayendo en la quietud, le pregunta: “Have you ever see the rain?". Ella no puede responder y conoce la respuesta. Esta dentro de su melancolía. Grita, nadie puede escucharla. El mundo esta detenido.
Su cuerpo, a pesar de estar inanimado, es una licuadora soldada y trabada. Sus pensamientos, temores, ideas, letras, lenguas, creencias, realidades, tambores, sonidos, preguntas, números, latidos, llantos, alegrías, sonrisas, tristezas, curiosidades, vivencias, terrores, sueños, melancolías, aspiraciones, cosechas, mascotas, maldiciones, soledades y metas se mezclan licuando su presente.
No detengamos al mundo.
lunes, 9 de marzo de 2009
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