En posición fetal con toda la ropa del mundo,
cerrando los ojos y con tapones para no decir,
dentro de una caja del más duro elemento,
estacionada en la Atlantis de los duendes,
encasillada y encadenada bajo esa llave,
escondida en la cima del monte Everest,
cerrando los ojos y con tapones para no decir,
dentro de una caja del más duro elemento,
estacionada en la Atlantis de los duendes,
encasillada y encadenada bajo esa llave,
escondida en la cima del monte Everest,
el hombre no logró escapar de su vida.
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